martes, 15 de junio de 2010

¡Demos gracias!

Cuando reflexiono acerca de la cantidad de personas que conozco que diriamente dan gracias por todas las cosas buenas que tienen (y me refiero a cosas en sentido abstracto, no en sentido material exclusivamente), me doy cuenta de que son muy pocas. Debo confesar inclusive que yo muchas veces me olvido de hacerlo.
Creo que este acto de dar gracias es muy importante porque cambia nuestra manera de pensar y de actuar. Este último principio está escrito en La Biblia y mucha gente que ha escrito sobre los beneficios de pensar positivamente lo ha retomado, así que aquí no se trata de inventar el agua tibia . Pero firmemente creo que cuando valoramos a quienes están a nuestro alrededor, todo lo bueno que tenemos y somos concientes de que somos afortunados (empezando por valorar nuestro buen estado de salud, por ejemplo), nos convertimos en mejores personas y me atrevería a decir que somos más felices.
En mi opinión, esto deberíamos hacerlo todos los días: en lugar de quejarme por lo que no tengo, debo dar gracias por lo que tengo. Creo que así aprendemos a distinguir lo que es importante de lo que realmente no lo es; principalmente en esta sociedad de consumo en la que vivimos.
Y aquí no me refiero a tener una actitud conformista porque, en mi opinión, constantemente debemos tratar de plantearnos nuevas metas, luchar por alcanzarlas y en el camino dar lo mejor de nosotros.
Pero si hacemos del dar gracias una práctica diaria, creo que será más fácil lograr alcanzar nuestros sueños y estoy segura de que, en el proceso, disfrutaremos más el camino aunque esté lleno de obstáculos.

jueves, 10 de junio de 2010

Lo difícil de decir adiós a los buenos amigos

Ayer tuve que decirle adiós a una de las mejores amigas que he tenido en la vida. Nunca me imaginé poder recibir tanto cariño de una perrita (de mi Lalita), que siempre me recibió con alegría cada vez que entraba a mi casa. Sin importar cuántas veces lo hacía, ella me recibía con el mismo agrado y yo tenía que dejar a un lado lo que tuviera en mis manos para acariciarla.
Con un dolor inmenso, porque de verdad era mi amiga, la que se acercaba a acompañarme cuando estaba enferma y la que me acercaba su bolita para que jugara con ella, luego de ocho años tuve que decirle adiós. Yo estuve junto a ella cuando falleció.
Aunque parezca mentira o cursilería para algunos, para mí ella fue un ejemplo que debemos emular muchas personas: siempre me contagió con su alegría, me dio su cariño sin condiciones, cuidó de cada uno de los miembros de mi familia sigilosamente y luchó con todas sus fuerzas por su vida hasta el final.
Cada momento que recuerdo con ella es un momento feliz. Solamente le faltaba hablar, pero lo hacía a su manera: con sus gestos, sus juegos, su cariño, ella estuvo conmigo en las buenas y en las malas.
Por eso ha sido tan difícil decirle adiós, porque además de haberse convertido en un miembro más de mi familia ella era una muy buena amiga. Y aunque su ausencia es muy reciente, sé que voy a extrañarla por el resto de mi vida, porque dejó una huella imborrable.
Ojalá que nosotros dejemos también una huella positiva imborrable en la vida de otros, que nuestros amigos puedan contar con nosotros incondicionalmente y que los llenemos de bendiciones, como yo tuve la bendición de tener en mi vida a esta queridísima amiga.

jueves, 3 de junio de 2010

¡Una excelente noticia!

El día de ayer me enteré de que una persona que está pasando por una situación económica muy difícil y que tiene un problema muy serio de salud recibió una excelente noticia: una organización no gubernamental cubrirá, casi en su totalidad, los gastos de la operación que necesita con urgencia.

En principio, cuando me comentaron sobre esa posibilidad, debo confesar que tuve muchas dudas. Sin embargo, luego de que la persona me comentó que efectivamente le van a realizar la cirugía que requiere, justamente porque no puede trabajar por su delicada condición, me embargó un sentimiento de regocijo, no solo por el beneficio que va a recibir esa persona (que siempre se ha preocupado por los demás), sino también porque fue una excelente noticia para mí poder constatar que todavía existe mucha bondad en este mundo tan conflictivo.

Asimismo, creo que este ejemplo nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de emular a estas personas, quienes tienden su mano solidaria dispuesta a ayudar a aquellos que lo requieren para salir adelante ante la adversidad.

jueves, 27 de mayo de 2010

"Nuestro" Teatro Nacional

El Teatro Nacional de Costa Rica es una obra de arte. En mi opinión la edificación es, en sí misma, una gema invaluable; un palacio donde podemos encontrar otras obras de arte magníficas.

Sin embargo, hace unos días tristemente confirmé, cuando solicité ser parte de una visita guiada con un guía que hiciera su presentación en inglés, que los costarricenses en esa condición somos discriminados en tanto se nos dice que la visita en inglés se hace solamente cuando lleguen extranjeros que la soliciten en ese idioma. Y esto se debe al hecho de que a ellos les cobran $7 por el recorrido, mientras que para nosotros los nacionales la visita es gratuita.

Aquí es donde yo me pregunto ¿ es "nuestro" el Teatro Nacional? Porque con el ejemplo que les cito pareciera que no lo es.
Al fin de cuentas, no tuve mayor problema con el recorrido (aunque tuve que ir dos veces a hacerlo) porque el guía que iba a hacer la visita, muy amablemente, me indicó que pese a que en ese momento iban a hacer presentaciones en español únicamente, porque venían varios grupos de estudiantes de la zona de Pavones, él iba a hacer algunos comentarios en inglés para que las dos estudiantes de inglés que nos encontrábamos ahí pudiésemos hacer una tarea que nos encomendaron.

No obstante, lo que me interesa resaltar con este comentario es el trato distinto que recibimos los nacionales ante los extranjeros, no solo en el Teatro Nacional, lo que me parece sumamente grave porque debería ser nuestra casa, en donde se nos reciba con las puertas abiertas, sino también en lugares paradisíacos que existen en Costa Rica que están al alcance únicamente del turismo internacional.

Creo que, ante este tipo de situaciones, es necesario que los Ticos nos apropiemos de lo que es nuestro; que por absolutamente ninguna razón, mucho menos por asuntos económicos, dejemos que nuestros preciados tesoros nos sean arrebatados de las manos.

jueves, 20 de mayo de 2010

¡Ahorremos energía eléctrica!

Hoy, en un programa de televisión que estaba viendo por pura casualidad, un profesor del INA hablaba acerca de algunas recomendaciones para ahorrar energía eléctrica y cuidar los electrodomésticos.
La verdad es que la entrevista me llamó la atención porque las recomendaciones del experto, aunque muy lógicas y, probablemente todos las hemos escuchado, creo que no las ponemos en práctica y por eso hoy me gustaría repasarlas.
Sin más preámbulo, el profesor mencionó la importancia de mantener desconectados aquellos electrodomésticos que no estén en uso.
Aunque creamos que apagados no gastan energía, resulta que hay muchos que continúan consumiéndola. Un ejemplo sería el microondas que se tiene conectado en la cocina todo el día con el fin de ver qué hora es.
Igualmente, un televisor que se encuentre apagado, mientras esté conectado al enchufe, se encuentra consumiendo energía. Lo correcto entonces es apagarlo y desconectarlo.
Otra cosa que enfatizó el experto fue la importancia de que, al usar la ducha, las personas se bañen con agua tibia (la idea es evitar el alto consumo de energía que implica el empleo de estos aparatos calentadores de agua).
Asimismo recomendó que, si una vivienda que tiene un tanque de agua caliente se va a dejar desocupada por varios días, se desconecte el tanque.
Además, destacó que es muy importante que se use la terminal que tiene el cable que conecta los aparatos eléctricos para hacer contacto con la tierra, por cuanto esto evita que, en caso de que caiga un rayo o exista una descarga eléctrica de otro tipo, el aparato se queme o que la persona que lo está manipulando se electrocute.
Estas son las medidas mínimas para ahorrar energía eléctrica, cuidar los electrodomésticos e incluso evitar ser víctima de un fatal accidente.
Así que, si de verdad queremos ayudar al medio ambiente, contribuyamos con estas medidas a ahorrar energía eléctrica (mucha de la cual se produce empleando derivados del petróleo); de esta manera, probablemente haremos un gran aporte para ayudar a nuestro quebrantado planeta.

jueves, 13 de mayo de 2010

¡Ojo con la letra menuda!

Ayer en la noche tuve una experiencia inolvidable y aleccionadora: me reuní con unos amigos para celebrar el cumpleaños de uno de ellos en un restaurante capitalino, cuyo nombre me reservo porque lo importante aquí es el cuidado que hay que tener con la letra menuda, más que saber de qué lugar se trata. El asunto es que tuvimos la intención de aprovechar que en el dichoso restaurante se aplica un descuento de casi la mitad del monto a pagar para los tarjetahabientes de una entidad bancaria, pero nuestra sorpresa fue que nunca se nos advirtió que el descuento era parcial y que no se aplicaba a bebidas o postres. Esto lo descubrió uno de mis amigos (luego de revisar la cuenta con asombro) escrito en un rótulo que había en la mesa con una letra de un tamaño minúsculo que apenas se podía leer.

El monto realmente fue exagerado en relación con lo que consumimos: una gaseosa costó tres veces más de lo normal y por tres porciones de postre se pagó el equivalente al costo de un postre completo en una pastelería fina; pero lo peor fue que la persona que sugirió que fuésemos a ese lugar, cuando se percató del atraco del que fuimos víctimas, se sintió sumamente avergonzada y ni se diga el cumpleañero a quien, por costumbre, el resto del grupo lo invitamos a cenar. Así que al final de la noche, pasamos de compartir un rato muy agradable a un momento realmente incómodo.

Ahora bien, mi interés al resaltar lo que pasó es que, generalmente, no nos preocupamos por leer la letra menuda y eso pasa no solo con este tipo de promociones, sino que también sucede cuando solicitamos un préstamo o cuando firmamos algún contrato (principalmente aquellos que tienen que ver con tarjetas de crédito).

Por dicha, en el caso que relato, más que el desencanto y el tener que pagar más de lo que nos imaginábamos, el asunto no pasó de ahí. Sin embargo, lo más importante es que muchas personas se embarcan por no leer la letra menuda y no se percatan del compromiso real que asumen. Esto es común cuando se comprometen a ser fiadores o a comprar en las famosas tiendas que ofrecen todo tipo de bienes en “cómodos pagos semanales”.

Así que: ¡ojo con la letra menuda! Tenemos que ponerle la atención debida pues, de lo contrario, podría costarnos prácticamente un ojo de la cara.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Algunas reflexiones sobre el estadio nacional y los políticos

Hace unos días, ojeando el periódico La Nación, me encontré con un artículo que mencionaba que no se sabe cómo se va a mantener el nuevo estadio que se está construyendo en el parque La Sabana.

Apenas terminé de revisar rápidamente dicho artículo pensé ¡qué problema con los políticos! Esto porque la única respuesta posible ante semejante barbaridad, creo yo, es que por cuestiones meramente políticas (o mejor dicho, por pura politiquería) quienes dirigen los destinos de este país aceptaron que los ticos tuviésemos un nuevo estadio nacional sin preocuparse acerca de dónde se sacarían los recursos para mantenerlo y, mucho menos, que se destruyera una parte importante del parque.

Así que, si de la víspera se saca el día resulta que, haciendo mención de un solo aspecto, fueron cortados muchos árboles sin sentido alguno, puesto que vamos a tener en su lugar un potentoso estadio que, a corto plazo, no se sabe si va a funcionar.

Sin embargo, como casi todo en Costa Rica, cuando algunos se opusieron a la construcción del estadio -por cuestiones ambientales y porque el parqueo que se construiría podría ocasionar, entre otras cosas, problemas de congestionamiento de tránsito- nadie dijo nada sobre los recursos para mantener la infraestructura del estadio.

Por eso reitero ¡qué problema con los políticos! Porque para nadie es un secreto que este tipo de cosas acontecen cuando se están negociando tratados de intercambio comercial o de otra índole con otros países. Pero lo peor es que la mayor parte del tiempo, bajo el pretexto de que nuestro país va a obtener grandes beneficios, no solo se talan árboles que difícilmente se van a reponer, sino que se compromete nuestra soberanía, solo que se hace de una forma muy sutil y a veces ni tanto.

Es por ello que cuando aparecen este tipo de artículos cabe preguntarse ¿cuál fue el costo verdadero de algo que en realidad no parece que vaya a beneficiar a los costarricenses, sino que habrá que ver de dónde se obtienen recursos para que no haya sido en vano lo que se hizo?

Lo importante es que hagamos conciencia y que no permitamos que la gran mayoría de los políticos de este país hagan lo que se les viene en gana, porque piensan que una vez que ganaron las elecciones, un puesto en la Asamblea Legislativa o en las alcaldías y concejos municipalidades, ya no le deben cuentas a nadie. Es fundamental entonces que como pueblo nos unamos y cuestionamos la forma en que actúan aquellos sobre quienes hemos depositado el poder. Ellos están a nuestro servicio y no el pueblo al servicio de ellos.